La sacramentalidad del matrimonio Cada uno de los esposos le ofrece al otro lo mejor que tiene para la mutua santificación. |
5 causas por las que se puede declarar nulo un Matrimonio El divorcio por la Iglesia no existe, pero estas son algunas razones por las cuales el Sacramento es inválido. |
El mundo que nace Un reto que da pie a muchas oportunidades. |
Cinco pasos para echar a perder un matrimonio Que el matrimonio se convierta en un "felices para siempre". |
¿Por qué casarse por la Iglesia Católica? Hay que entender que el matrimonio no es solamente una institución humana y social, sino que es parte del Plan de Dios |
Matrimonio, naturaleza e institución Desde el principio de la creación, cuando Dios crea a la primera pareja, la unión entre ambos se convierte en una institución natural. |
Fines del Matrimonio |
Signo, ministro, sujeto y rito |
Propiedades del Matrimonio |
Separación, divorcio, matrimonio civil |
Otras ofensas al Matrimonio |
Efectos, consentimiento, validez |
Impedimientos para el Matrimonio |
Obligaciones y frutos del Matrimonio |
Otros aspectos morales |
Matrimonio, Derecho Canónico y Derecho Civil |
Nulidad, capacidad e incapacidad |
¿Dónde puedo casarme?
Bajo circunstancias normales una persona
católica se casa en la iglesia de la parroquia en dónde vive. Dependiendo de la
Diócesis y de la parroquia, puede ser que tomen en cuenta que la persona sea
miembro registrado de la parroquia en vez de que tenga su residencia en dicha
parroquia. Si las dos personas que intentan casarse son católicas, se puede
usar la parroquia de cualquiera de ellos.
¿Me puedo casar en otra iglesia que no sea la de uno de los dos?
La boda puede ser celebrada en otra
iglesia católica con la aprobación del párroco de dicha iglesia. Si uno de los
contrayentes no es católico, es posible hacer arreglos para que la boda
se lleve a cabo en la iglesia de él o de ella con la aprobación de la Diócesis.
¿A quién debo de ir a ver para casarme?
El párroco es responsable de la
preparación de su matrimonio. Muchas parroquias tienen a alguien que se encarga
de coordinar los arreglos matrimoniales, por lo que tal vez se le pida que
trabaje con el vicario parroquial (llamado anteriormente “asistente del
párroco”), con un diácono, o con un ministro laico.
¿Quién va a celebrar mi boda?
La respuesta a esta pregunta depende de
muchas cosas que suceden en la parroquia. Normalmente el párroco o el vicario
parroquial pueden celebrar la boda si están disponibles. En algunas parroquias
un diácono puede ser asignado para celebrar la boda. En algunos casos,
dependiendo en las reglas de la parroquia un sacerdote o diácono de otro lugar
puede venir a celebrar el matrimonio, dichos arreglos se deben hacer con tiempo
suficiente con el párroco o con el vicario parroquial.
¿Me puedo casar en otra iglesia?
Como se mencionó anteriormente, un
matrimonio puede celebrarse en cualquier otra parte con el permiso del Párroco
o de la persona encargada de los matrimonios en la parroquia. Permisos para
casarse en otra iglesia o capilla católica usualmente son otorgados. Un
matrimonio entre un católico y un no-católico el permiso para celebrar la boda
en una iglesia o capilla de diferente religión o denominación tendrán que ser
otorgados por el Obispo diocesano. Permisos para que una boda se celebre en un
edificio no-religioso raramente son otorgados.
¿Mi prometido(a) no es católico(a) nos podríamos casar en su iglesia?
Es posible. El Obispo diocesano puede
dispensar la observancia de la forma canónica entre un católico y una persona
de otra religión para que estos puedan casarse ante un ministro u oficial
civil, y dos testigos. Este permiso es llamado “Falta de forma canónica”. Es
posible que este permiso sea extendido para casarse en otra Diócesis, pero
solamente después de consultar con el Obispo/Ordinario de dicho lugar.
Bueno, después de saber todo esto, ya estoy listo para casarme, ¿verdad?
Hasta aquí sabemos dónde y ante quién se
puede llevar a cabo la boda. Pero una persona necesita una preparación
matrimonial. La gente se casa todo el tiempo, es verdad, pero el
matrimonio es mucho más que una simple ceremonia.
Hay dos etapas de la preparación para el
matrimonio: la preparación para vivir una buena vida matrimonial, y la
confirmación de que ambas partes son libres de contraer matrimonio.
¿Cómo se lleva a cabo la preparación matrimonial?
La preparación matrimonial es parte del
ministerio pastoral de la iglesia y no es como una clase de escuela o
universidad. Esta preparación es una introducción a la santidad del matrimonio
cristiano en la cual se presentan métodos para compartir una vida futura juntos
llena de felicidad y beneficio mutuo, no solo para la pareja, sino también para
sus hijos.
En la Diócesis de Dallas la oficina del
Ministerio Matrimonial ofrece “Encuentro para comprometidos”.
Algunas parroquias en la Diócesis tienen
el proceso de Padrinos el cual provee una preparación matrimonial de pareja a
pareja u otros programas parroquiales.
Por supuesto la preparación matrimonial
que tomen en otra Diócesis satisface este requisito. Algunas iglesias
Cristianas ahora ofrecen programas de preparación matrimonial comparables a los
que ofrece la iglesia católica, los cuales pueden beneficiar a la pareja con
diferentes herencias religiosas.
¿Que papeles se tienen que presentar?
En términos prácticos el establecer su
libertad para contraer matrimonio parece ser más complicado que la preparación
matrimonial. Antes que el matrimonio por la iglesia católica pueda llevarse a
cabo, debe quedar establecido que ninguna de las partes está restringida para
contraer matrimonio por eventos pasados o por su situación actual.
A través de los siglos ciertas
situaciones personales han sido consideradas por la iglesia como “impedimentos”
para casarse. Un impedimento significa que la persona no puede contraer
matrimonio válido en la iglesia católica. En otras palabras, el matrimonio es
inválido desde el principio. Actualmente, existen doce impedimentos en la
Iglesia Católica Romana. Dos de los impedimentos que se encuentran con más
frecuencia en la Diócesis de Dallas son:
Una dispensa puede ser obtenida para
algunos de los impedimentos. Una dispensa es una excepción de la ley de la
iglesia que se hace por el bien espiritual de los futuros contrayentes. Para
mayor explicación de los impedimentos llame al (214) 379-2840.
Si alguna de las partes, ya sea o no católica,
ha sido casado(a) anteriormente, el matrimonio no puede planearse hasta que la
situación haya sido resuelta. Aún que la declaración de nulidad haya sido
otorgada, el decreto o notificación de la corte de la iglesia debe ser revisado
en caso de que la corte haya puesto alguna estipulación.
Si una de las partes es viudo(a), se
requiere que el certificado de defunción sea presentado.
Para los católicos se requiere que
presenten una acta de bautizo reciente, porque dicha acta debe contener notas
marginales acerca de las celebraciones significativas que afectan el estado de
la persona en la iglesia (como cuando se confirma, ordena, se casa,
etc.). Una declaración de estado civil (Forma II), debe ser completada
por el padre, la madre, un hermano(a), o por un pariente que lo haya conocido
desde la infancia.
Eso es mucho más de lo que esperaba para casarme por la iglesia católica!
Sí. Por eso debe de ir a hablar con su
párroco, diácono o ministro con bastante tiempo, no sólo para hacer arreglos
para la ceremonia, sino también para empezar su preparación matrimonial y
empezar a conseguir los documentos necesarios.
Las parejas casadas participan en el
plan creador y salvador de Dios. La iglesia católica trata de ayudar a las
parejas a tener una boda inolvidable y apoyarlos en su vida matrimonial para
que puedan recibir la gracia y las bendiciones de Dios.
El Matrimonio en
la Iglesia Católica
Spanish Homepage : Tribunal : El Matrimonio en la Iglesia Católica
El Matrimonio en la Iglesia Católica
¿Dónde puedo casarme?
Bajo circunstancias normales una persona
católica se casa en la iglesia de la parroquia en dónde vive. Dependiendo de la
Diócesis y de la parroquia, puede ser que tomen en cuenta que la persona sea
miembro registrado de la parroquia en vez de que tenga su residencia en dicha
parroquia. Si las dos personas que intentan casarse son católicas, se puede
usar la parroquia de cualquiera de ellos.
¿Me puedo casar en otra iglesia que no sea la de uno de los dos?
La boda puede ser celebrada en otra
iglesia católica con la aprobación del párroco de dicha iglesia. Si uno de los
contrayentes no es católico, es posible hacer arreglos para que la boda
se lleve a cabo en la iglesia de él o de ella con la aprobación de la Diócesis.
¿A quién debo de ir a ver para casarme?
El párroco es responsable de la
preparación de su matrimonio. Muchas parroquias tienen a alguien que se encarga
de coordinar los arreglos matrimoniales, por lo que tal vez se le pida que
trabaje con el vicario parroquial (llamado anteriormente “asistente del
párroco”), con un diácono, o con un ministro laico.
¿Quién va a celebrar mi boda?
La respuesta a esta pregunta depende de
muchas cosas que suceden en la parroquia. Normalmente el párroco o el vicario
parroquial pueden celebrar la boda si están disponibles. En algunas parroquias
un diácono puede ser asignado para celebrar la boda. En algunos casos,
dependiendo en las reglas de la parroquia un sacerdote o diácono de otro lugar
puede venir a celebrar el matrimonio, dichos arreglos se deben hacer con tiempo
suficiente con el párroco o con el vicario parroquial.
¿Me puedo casar en otra iglesia?
Como se mencionó anteriormente, un
matrimonio puede celebrarse en cualquier otra parte con el permiso del Párroco
o de la persona encargada de los matrimonios en la parroquia. Permisos para
casarse en otra iglesia o capilla católica usualmente son otorgados. Un
matrimonio entre un católico y un no-católico el permiso para celebrar la boda
en una iglesia o capilla de diferente religión o denominación tendrán que ser
otorgados por el Obispo diocesano. Permisos para que una boda se celebre en un
edificio no-religioso raramente son otorgados.
¿Mi prometido(a) no es católico(a) nos podríamos casar en su iglesia?
Es posible. El Obispo diocesano puede
dispensar la observancia de la forma canónica entre un católico y una persona
de otra religión para que estos puedan casarse ante un ministro u oficial
civil, y dos testigos. Este permiso es llamado “Falta de forma canónica”. Es
posible que este permiso sea extendido para casarse en otra Diócesis, pero
solamente después de consultar con el Obispo/Ordinario de dicho lugar.
Bueno, después de saber todo esto, ya estoy listo para casarme, ¿verdad?
Hasta aquí sabemos dónde y ante quién se
puede llevar a cabo la boda. Pero una persona necesita una preparación
matrimonial. La gente se casa todo el tiempo, es verdad, pero el
matrimonio es mucho más que una simple ceremonia.
Hay dos etapas de la preparación para el
matrimonio: la preparación para vivir una buena vida matrimonial, y la
confirmación de que ambas partes son libres de contraer matrimonio.
¿Cómo se lleva a cabo la preparación matrimonial?
La preparación matrimonial es parte del
ministerio pastoral de la iglesia y no es como una clase de escuela o
universidad. Esta preparación es una introducción a la santidad del matrimonio
cristiano en la cual se presentan métodos para compartir una vida futura juntos
llena de felicidad y beneficio mutuo, no solo para la pareja, sino también para
sus hijos.
En la Diócesis de Dallas la oficina del
Ministerio Matrimonial ofrece “Encuentro para comprometidos”.
Algunas parroquias en la Diócesis tienen
el proceso de Padrinos el cual provee una preparación matrimonial de pareja a
pareja u otros programas parroquiales.
Por supuesto la preparación matrimonial
que tomen en otra Diócesis satisface este requisito. Algunas iglesias
Cristianas ahora ofrecen programas de preparación matrimonial comparables a los
que ofrece la iglesia católica, los cuales pueden beneficiar a la pareja con
diferentes herencias religiosas.
¿Que papeles se tienen que presentar?
En términos prácticos el establecer su
libertad para contraer matrimonio parece ser más complicado que la preparación
matrimonial. Antes que el matrimonio por la iglesia católica pueda llevarse a
cabo, debe quedar establecido que ninguna de las partes está restringida para
contraer matrimonio por eventos pasados o por su situación actual.
A través de los siglos ciertas
situaciones personales han sido consideradas por la iglesia como “impedimentos”
para casarse. Un impedimento significa que la persona no puede contraer
matrimonio válido en la iglesia católica. En otras palabras, el matrimonio es
inválido desde el principio. Actualmente, existen doce impedimentos en la
Iglesia Católica Romana. Dos de los impedimentos que se encuentran con más
frecuencia en la Diócesis de Dallas son:
Una dispensa puede ser obtenida para algunos
de los impedimentos. Una dispensa es una excepción de la ley de la iglesia que
se hace por el bien espiritual de los futuros contrayentes. Para mayor
explicación de los impedimentos llame al (214) 379-2840.
Si alguna de las partes, ya sea o no
católica, ha sido casado(a) anteriormente, el matrimonio no puede planearse
hasta que la situación haya sido resuelta. Aún que la declaración de nulidad
haya sido otorgada, el decreto o notificación de la corte de la iglesia debe
ser revisado en caso de que la corte haya puesto alguna estipulación.
Si una de las partes es viudo(a), se
requiere que el certificado de defunción sea presentado.
Para los católicos se requiere que
presenten una acta de bautizo reciente, porque dicha acta debe contener notas
marginales acerca de las celebraciones significativas que afectan el estado de
la persona en la iglesia (como cuando se confirma, ordena, se casa,
etc.). Una declaración de estado civil (Forma II), debe ser completada
por el padre, la madre, un hermano(a), o por un pariente que lo haya conocido
desde la infancia.
Eso es mucho más de lo que esperaba para casarme por la iglesia católica!
Sí. Por eso debe de ir a hablar con su
párroco, diácono o ministro con bastante tiempo, no sólo para hacer arreglos
para la ceremonia, sino también para empezar su preparación matrimonial y
empezar a conseguir los documentos necesarios.
Las parejas casadas participan en el
plan creador y salvador de Dios. La iglesia católica trata de ayudar a las
parejas a tener una boda inolvidable y apoyarlos en su vida matrimonial para
que puedan recibir la gracia y las bendiciones de Dios.
El Sacramento del Santo Matrimonio
Cristo mismo elevó la institución natural del matrimonio a la dignidad de un sacramento durante su ministerio público.
Hizo su primer milagro en una boda (Juan 3: 1-11) y enseñó que el matrimonio en el Nuevo Pacto es permanente y santo (Mateo 19: 3-9). Los apóstoles enseñaron sobre la belleza y el significado del matrimonio en todo el Nuevo Testamento (1 Pedro 3: 1-12). San Pablo incluso enseñó (Efesios 5: 21-33) sobre el misterio de la relación entre los miembros de la Iglesia y Cristo el novio como análogo a la relación entre marido y mujer en el sacramento del Matrimonio.
El Matrimonio Cristiano es un sacramento que ordena que el esposo y la esposa se sirvan unos a otros. Este servicio se basa en la virtud Cristiana de la caridad y se realiza con un espíritu de cuidado y preocupación por el bien del cónyuge y los hijos siguiendo el ejemplo de Cristo. Si este sacramento proporciona gracia para la salvación del individuo, es solo como un fruto secundario. El efecto principal de la gracia del sacramento sirve para fortalecer la unidad de la pareja y profundizar su amor y afecto para que su servicio amoroso les ayude a acercarse a Dios. El objetivo final del matrimonio es lo mismo que la vida Cristiana; para responder a la gracia de Dios y ser feliz con Él en el cielo para siempre.
Hecho para amar ... hecho para la familia
Dios es la fuente del amor, por lo que su papel en la familia es insustituible. De hecho, "el hombre no existiría si no fuera creado por el amor de Dios y constantemente preservado por él" (Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo moderno, 19) ¿Qué es una familia? Más importante aún, ¿qué es la familia Cristiana? Es la unión amorosa de un hombre y una mujer con el propósito de la procreación y la crianza de los hijos. Desde el punto de vista Cristiano, el matrimonio es un sacramento, instituido por Cristo.
Algunos Fariseos se acercaron a él y lo pusieron a prueba, diciendo: "¿Es lícito que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier causa?" Él respondió: "¿No has leído que desde el principio el Creador" los hizo hombre y mujer "y dijo:" Por esta razón, un hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y los dos se convertirán una carne? Entonces ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido, ningún ser humano debe separarse. Le dijeron: 'Entonces, ¿por qué ordenó Moisés que el hombre le diera a la mujer una carta de divorcio y la despidiera?' Él les dijo: 'Debido a la dureza de vuestros corazones, Moisés les permitió divorciarse de sus esposas, pero desde el principio no fue así. Te digo que quien se divorcia de su esposa (a menos que el matrimonio sea ilegal) y se case con otro comete adulterio. ”-Mateo 19: 3-9
El propósito del matrimonio sirve no solo al cuidado de los hijos, sino también a la "comunión y el bien de la pareja". (Compendio del Catecismo, 338) La institución de la familia ha sido la base de la sociedad a lo largo de la historia humana. La familia transmite cultura, costumbres y fe a cada generación. En pocas palabras, donde va la familia, allí va la sociedad. Los miembros de la familia moderna enfrentan una batalla cuesta arriba para mantenerse fieles a la sagrada confianza que han recibido de Dios para ser una escuela viva de amor. Como lo enfatizó el Vaticano II: "El bienestar de la persona individual y de la sociedad humana y cristiana está íntimamente relacionado con la condición saludable del ... matrimonio y la familia" (Vaticano II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia, 47).
La familia católica y la fidelidad.
"La Iglesia es la familia de Dios en el mundo". -Benedicto XVI, Deus Caritas Est, 25
En esta familia hay cuatro unidades. La unidad más grande es la Iglesia universal dirigida por el papa. Luego está la diócesis con el obispo como su cabeza. Luego está la parroquia con el pastor como su 'padre'. La unidad más pequeña es la iglesia doméstica; La familia Católica dirigida por la madre y el padre que trabajan juntos para guiarse mutuamente y a sus hijos en la lucha por la santidad. "Los Cristianos y todos los hombres que tienen en alta estima [a la familia] se regocijan sinceramente por las diversas formas en que los hombres de hoy encuentran ayuda para fomentar esta comunidad de amor y perfeccionar su vida, y por la cual los padres reciben ayuda en su elevado llamamiento" (Vaticano II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia, 47). El apoyo a la vida familiar es de suma importancia para los Católicos.
El Matrimonio requiere fidelidad mutua para la vida. La permanencia del vínculo conyugal les da a los cónyuges la libertad de la vida conyugal vivida sin temor al abandono y les ayuda a perseverar en la fidelidad entre ellos y con Dios.
La clave para entender el carácter indisoluble (permanente) del matrimonio no es verlo como una regla impuesta desde el exterior, sino como una promesa esencial que fluye de los votos y la naturaleza del matrimonio. “Optar por el matrimonio de esta manera expresa una decisión genuina y firme de unir caminos, pase lo que pase. Comprometerse exclusiva y definitivamente con otra persona siempre implica un riesgo y una apuesta audaz. ”(Papa Francisco, La Alegría del Amor, 132) En este sentido, el matrimonio puede ser lo más arriesgado que uno puede hacer en el transcurso de la vida. Sin embargo, vale la pena el riesgo porque, "este 'sí' les dice que siempre pueden confiar el uno en el otro, y que nunca serán abandonados cuando surjan dificultades o se presenten nuevas atracciones o intereses egoístas" (Papa Francisco, La Alegría del amor, 132)
Situaciones difíciles: la familia bajo ataque
Como ha sido desde el principio cuando después de "los dos se convirtieron en una sola carne" fueron tentados por la serpiente; el matrimonio sigue siendo el objetivo favorito de Satanás. Hoy, la belleza de la vida familiar "no se refleja en todas partes con igual brillo, ya que la poligamia, la plaga del divorcio, el llamado amor libre y otras desfiguraciones tienen un efecto oscuro. Además, el amor matrimonial con demasiada frecuencia es profanado por el amor propio excesivo, la adoración al placer y las prácticas ilícitas "como la anticoncepción, la esterilización y el aborto (Vaticano II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia, 47).
El plan de Dios para la familia.
El Vaticano II expresa la belleza del amor conyugal y la vida familiar que "están ordenados para la procreación y educación de los niños, y encuentran en ellos su corona suprema" (Vaticano II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia, 48). San Juan Pablo II ayudó a escribir La Constitución Pastoral de la Iglesia (Gaudium et Spes), el documento del Concilio Vaticano II que enseña sobre la verdad de la familia Católica como la "iglesia doméstica". En su trabajo para implementar el concilio, escribió una Exhortación Apostólica en la que dijo: "La Iglesia está profundamente convencida de que solo con la aceptación del Evangelio están las esperanzas de que el hombre deposite legítimamente en el matrimonio y en la familia capaces de cumplirse." (Familiaris Consortio, 3) El plan de Dios para la familia Católica es participar en el trabajo de la Iglesia "convirtiéndose en una comunidad salva ... llamada a comunicar el amor de Cristo a sus hermanos, convirtiéndose así en una comunidad salvadora" (Familiaris Consortio, 49).
Descubrimos el significado de la vida a través del contacto con la revelación de Dios y aprendemos lo que significa ser humano en la familia porque "la familia es una especie de escuela de humanidad más profunda" (Vaticano II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia, 51). Visto así, la familia es la escuela y el amor es la lección. Normalmente, primero aprendemos a amar a Dios y a los demás a medida que crecemos en nuestra familia. Y aunque nuestras familias no son perfectas, son verdaderas escuelas de amor. De hecho, “el amor matrimonial auténtico está atrapado en el amor divino y está gobernado y enriquecido por el poder redentor de Cristo y la actividad salvífica de la Iglesia, para que este amor pueda llevar a los esposos a Dios con un efecto poderoso y pueda ayudarlos y fortalecerlos en el sublime oficio de ser padre o madre” (Vaticano II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia, 48). Como una "escuela", "la familia tiene la misión de proteger, revelar y comunicar el amor" ( Familiaris Consortio, 17).
La familia: escuela de oración y fe.
Como escuela de amor, la familia es también una escuela de oración donde, "inspirada en el ejemplo y la oración familiar de sus padres, hijos ... se iniciará más fácilmente en el camino de un entrenamiento verdaderamente humano, de salvación y de santidad." (Vaticano II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia, 48). En la carta a los Filipenses, San Pablo ofrece una oración adecuada para la familia: “es mi oración que su amor abunde cada vez más, con conocimiento y discernimiento, para que pueda aprobar lo que es excelente y ser puro. e irreprensible para el día de Cristo.” (Filipenses 1: 9-10) Para las familias acosadas por las dificultades, la oración en el hogar tiene el poder de cambiar las cosas para mejor.
Como dice el ahora famoso dicho:
"La familia que reza unida, permanece unida."
Debido a esta verdad, "los padres tienen la responsabilidad específica de educar a sus hijos en la oración, presentándolos al descubrimiento gradual del misterio de Dios y al diálogo personal con Él" (Familiaris Consortio, 60). Los padres también deben "cumplir con entusiasmo sus deberes de educación, especialmente la educación religiosa, que se les confía principalmente" (Vaticano II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia, 48). Y porque, "no hay familia que no sepa cómo el egoísmo, la discordia, la tensión y el conflicto atacan violentamente y, en ocasiones, hieren mortalmente su propia comunión," la formación religiosa familiar debe centrarse en "la comunión familiar [que] solo puede ser preservada y perfeccionada a través de Un gran espíritu de sacrificio. Requiere, de hecho, una apertura pronta y generosa de todos y cada uno para comprender, tolerar, perdonar, reconciliar”(Familiaris Consortio, 21).